Lucho por mujeres que conozcan cada vez mejor su orgasmo, por mujeres con capacidad de excitarse, sin miedo hacer estallar su cuerpo en contracciones de estimulación. Mujeres que no cuentan las veces que se han venido y, en vez de eso, se permiten sentir placer en su cuerpo con la aprobación de su cabeza en cada lamida, en cada espasmo, doblándose en dos de físico gusto. Mujeres que se excitan mientras bailan, que encuentran el placer y alcanzan un gran orgasmo, mediante la MASTURBACIÓN así, en letras mayúsculas, con las piernas bien abiertas y dispuestas a dejarse arrollar por su poder sexual.
El acto de masturbar a una mujer desde hace años recibió el nombre de “dedo”, o de “dar dedo”, un nombre simplón, que ha convertido el enorme paisaje de masturbar a una mujer en sacar y meter uno o más dedos de su anatomía. ¡Grave error! No somos un agujero de mete saca, sino que tenemos todo un cuerpo masturbable, besable y súper excitable desde la cabeza hasta el cuerito del pie. ¡Ah! Y no olvidemos nuestro maravilloso y nunca bien ponderado clítoris.
Nuestra anatomía responde muy bien abriendo los brazos, la boca y obviamente las piernas para ser masturbada. ¿Y cómo se manifiesta este deseo? con seducción, con lubricación (entre muchas otras cosas) y finalmente con ganas de ser masturbada y cantar el abecedario completo con orgasmos.
Para tener en cuenta…
La velocidad de excitación en el hombre no está para nada relacionada con la de la mujer. Mientras ellos pueden andar con una inmensa parola por todo el aeropuerto, cómo le pasó a Piqué mientras esperaba a su amada Shakira en El Prat de Barcelona, las mujeres pueden tardar hasta veinte minutos de preparación para estar igual de excitadas.
*Ubicar el clítoris
No nos habrían puesto un clítoris con ocho mil terminaciones nerviosas en la puerta de nuestra sensible vulva si no fuera para hacernos venir una vez y otra vez. Pero ojo, hay tantas fórmulas de masturbación como mujeres en el mundo. Cada una de nosotras tiene su propio método de placer, y si bien algunas se recrean con el masaje de clítoris, hay mujeres que se masturban acariciándose las piernas, los senos o incluso los pies o las orejas.
*Todo es excitable
Si se hace con tacto
A muchas mujeres nos gusta que nos toquen y que nos acaricien. Que nos laman, nos coman, nos masajeen y nos hagan venir, todo con buen tacto. La masturbación es un ejercicio de amantes pacientes, que han entendido que vale la pena manejar sus propias ganas para recorrer la anatomía de una mujer ardiendo de deseo. Dicho esto, limitarse a tocar el clítoris significa olvidarse del resto de la fisionomía y el placer femenino. ¡Existen otras partes del cuerpo que nos enloquecen!
Una vez excitadas, las mujeres podemos permanecer en ascenso por más tiempo, recibiendo juegos, besos, lamidos en todos nuestros órganos. El orgasmo es el fin de la partida, pero siempre digo que es más divertido jugar y animarse que terminar el juego e irse a dormir. Para conocer el grado de excitación de una mujer basta con verla respirar. Muchas se mueven y gimen; otras sólo agitan su respiración de manera casi perceptible. Aprendan a escuchar, ver y sentir las señales. Si la excitación crece ¡No se detengan.
¡Hola juguetes!
Para ampliar la imaginación, la vagina y el ano, existen todo tipo de juguetes capaces de aumentar la capacidad orgásmica de las mujeres. Hombres, entiéndanlo de una vez por todas: los juguetes sexuales no son su competencia. Estos solo operan como ayudantes puntuales del orgasmo. Si logran entender eso, la masturbación puede convertirse en el juego más divertido de los días.
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